La evolución de las tiendas sin líneas de caja de Amazon, Amazon Go, desde su primera presentación en beta en 2016 y su apertura al público un año después, está siendo un interesantísimo caso de cómo entender la evolución y la explotación de la tecnología en nuestros días.
Los planes de Amazon para la expansión de sus tiendas, formulados antes de la llegada de la pandemia, eran enormemente ambiciosos: más de tres mil establecimientos propios en 2021 en todo tipo de localizaciones incluyendo aeropuertos internacionales, expansión del concepto a tiendas más grandes y sofisticadas, y sobre todo, conversión del modelo en una plataforma tecnológica para terceros.
Sobre esos planes originales, la expansión de tiendas propias, fuertemente afectada por la pandemia y los confinamientos, es la que más ha sufrido: en marzo de este año, el número de tiendas Amazon Go abiertas por la compañía estaba únicamente en torno a las treinta y cinco, treinta y dos en los Estados Unidos, y tres más en el Reino Unido. Pero la compañía fue capaz no solo de escalar el modelo desde su original concepto de tienda de conveniencia hasta aplicarlo a todo un supermercado completo con Amazon Go Grocery, sino además, de paquetizarlo y convertirlo en una plataforma que ha seducido ya a varios clientes importantes, como el supermercado Sainsbury’s en el Reino Unido, segundo en importancia en las islas con 1,428 tiendas y 111,900 empleados, las cafeterías de Starbucks, que ya están ensayando el modelo en Manhattan, o las cadenas norteamericanas Hudson Nonstop y TD Garden
Mientras tanto, el concepto se ha refinado y perfeccionado hasta alcanzar una rebaja de sus costes operativos con respecto al modelo de 2017 de nada menos que un 96%, y con más ahorros proyectados hasta 2023, gracias a múltiples acciones que van desde la simplificación de la arquitectura y el trabajo en la cadena de suministro, hasta dar mayor libertad a los encargados para descontar agresivamente mercancía próxima a su fecha de caducidad, pasando incluso por la incorporación de empleados trabajando desde sus casas para verificar manualmente la exactitud de la facturación de los clientes, entre otras muchas tareas. Recordemos que esos ahorros se materializan, además, sobre tiendas que ya tenían de por sí algunas ventajas sobre los supermercados tradicionales por tener plantillas menores, al no dedicar personas a las tareas de caja.
Que una tecnología diseñada y probada en beta cerrada hace tan pocos años y que estuvo abierta un año únicamente para empleados de la compañía para refinar el concepto sea capaz no solo de convertirse exitosamente en plataforma y de ser licenciada a otros clientes en el mundo de la distribución, sino además, de obtener tan elevados niveles de ahorros en costes operativos sobre el concepto inicial es algo que dice mucho sobre la gestión en una compañía como Amazon. Y sobre todo, dice mucho con respecto al futuro de la distribución, que cada vez más se dirige hacia ese modelo: tiendas sin línea de caja, en las que los clientes llegan, toman lo que quieren comprar de una estantería, y simplemente lo guardan en su bolsa y se van, sin más. Un modelo más eficiente que tener personas sentadas escaneando incansablemente todo el contenido de un carrito.
Estamos, sin duda, ante el futuro de la gran distribución, y ante una prueba del tipo de modelos de mejora que pueden esperarse de modelos de negocio intensamente basados intensivamente en tecnología. Veremos cuánto tarda en materializarse la expansión ubicua de este tipo de modelos sin líneas de caja siguiendo el modelo de Amazon y con su tecnología o con la de sus competidores, pero podemos ir preparándonos para presenciarla, para ver cómo las tiendas con modelos de cajero tradicional van convirtiéndose en obsoletas, cómo algunas personas se confunden e intentan irse involuntariamente sin pagar de tiendas tradicionales pensando que responden al esquema de tienda sin líneas de caja, y cómo los millones de personas que se dedicaban a ser cajeros de supermercado en todo el mundo (3,379,100 solo en los Estados Unidos, con sueldos de unos $12/hora y un decrecimiento anual esperado del 10%) se ven obligados a buscarse trabajos de otro tipo.
Tiempos modernos…
Por: enriquedans.com